Exposiciones
“Autores y carteles: 100 años de cine búlgaro”
Del 15 de noviembre al 10 de diciembre – Centro Cultural La Alhóndiga
Exposición creada en 2015 con motivo del centenario de la industria cinematográfica búlgara. La muestra que se exhibe ahora en el marco de MUCES fue concedida por el Instituto Estatal de Cultura de Bulgaria, adjunto al Ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Bulgaria.
“El creador de espejismos cinematográficos: Emilio Ruiz del Rio”
Del 15 de noviembre al 10 de diciembre – Centro Cultural La Alhóndiga y Sala Ex-Presa 2 de La Cárcel_Segovia Centro de Creación
Maquetas, fotografías y bocetos sobre el trabajo cinematográfico de Emilio Ruiz del Río. En unos años en que no existían los efectos digitales, la artesanía y el oficio eran las armas de los profesionales del cine, y Emilio Ruiz del Río destacó con su talento y su ingenio allí donde fue a trabajar. Comisarios: Domingo Lizcano y Miguel Olid.
“Cine y educación. ¿Necesita la sociedad un plan de alfabetización mediática?”
Del 13 al 29 de noviembre – UVa. Campus María Zambrano (sala de exposiciones de la biblioteca)
Dentro del marco de las IV Jornadas Pedagógicas / Cine y educación esta exposición presenta distintas iniciativas que, en las últimas décadas, han llevado el cine a las aulas. A través de fotografías, carteles, vídeos y equipos repasaremos varias propuestas centradas en la alfabetización mediática. El objetivo es lograr que el espectador responda a las siguientes preguntas: ¿necesita la sociedad planes de alfabetización mediática?, ¿cuál es el futuro del cine en las aulas?
Comisarios: Begoña Sánchez Galán, José Antonio de Miguel y Alberto Morala, con la colaboración de la red social Cero en Conducta.
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Autores y carteles: 100 años de cine búlgaro
En enero de 1915, un joven de 23 años vio realizado uno de sus sueños. Era Vasil Gendov, creador y protagonista del primer largometraje búlgaro: Bulgarán es un galán. En aquel entonces ya había comenzado la Gran Guerra Europea, que más tarde sería conocida como la I Guerra Mundial, aunque Bulgaria todavía no participaba en la contienda. Las heridas de las Guerras Balcánicas de 1912 y 1913 aún no habían cicatrizado. Pero para un joven soñador aquello no tenía importancia. Fue audaz y consiguió sentar las bases del cine en Bulgaria.
En sus más de 100 años de cine búlgaro, el cine búlgaro puede presumir de una producción prolífica. Entre cortometrajes, películas y series de televisión se pueden contabilizar miles de títulos de diversa índole, lo que permitiría al espectador optar por una amplia variedad de largometrajes. En cada una de esas producciones es posible encontrar la esencia vital de la industria cinematográfica búlgara.
El cine de Bulgaria nunca ha llegado a conquistar las pantallas mundiales como el cine norteamericano; tampoco fue tan fértil como el de India, ni tan fríamente filosófico como el escandinavo. Pero es nuestro cine autóctono, que fue premiado en los festivales más prestigiosos: Cannes, Venecia, Berlin... Y todo esto forma parte de su historia.
Aún más importante es el hecho de que en los últimos años la producción cinematográfica de Bulgaria ha logrado reconectar con el público búlgaro por tratar temas actuales y cercanos. Estas obras contemporáneas y originales se han podido materializar gracias a las nuevas generaciones de cineastas búlgaros. Pasados los años, algunas de estas películas modernas serán merecidamente citadas como grandes clásicos.
La exposición Autores y carteles resucita un aspecto olvidado de la cultura visual búlgara: el cartel de cine. Los vertiginosos cambios estructurales en la producción y en la difusión cinematográfica durante las dos últimas décadas han convertido la creación de carteles originales de una divulgada práctica artística en una excepción. Sin embargo, en distintos archivos nacionales y extranjeros se han conservado gran número de ejemplares notables, que son hoy una crónica de incalculable valor sobre el cine búlgaro y representan una etapa importante del desarrollo del diseño gráfico y publicitario moderno, cuyos logros merecen ser compartidos con el público.
Autores y carteles es un intento de sacar del anonimato y del olvido a los grandes autores del cartel cinematográfico búlgaro. La idea de esta exposición es ser parte de la creación de un sólido archivo de información visual y textual, a través del cual preservar una parte todavía poco estudiada del arte búlgaro: el cartel de cine.
Cien años de cine búlgaro: cartel de la exposición ‘Autores y carteles
Cartel de la película ‘Tiempos de hombres’, realizado por Aleksandar Sertev.
Cartel de la película ‘Llamas sobre el río Drava’, realizado por Petar Petrov.
Cartel de la película ‘Lunes por la mañana’, realizado por Racho Burov.
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El creador de espejismos cinematográficos: Emilio Ruiz del Río
Nació el 11 de abril de 1923, en Madrid, la misma ciudad donde falleció el 14 de septiembre de 2007. Con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento MUCES le dedica un homenaje a través de un pequeño ciclo de películas, un documental sobre su persona, esta exposición y una mesa redonda sobre su trayectoria profesional y personal. Es, indudablemente, una de las grandes figuras del cine español: su filmografía está formada por más de 450 películas en las que participó a lo largo de 65 años de carrera. En todo ese tiempo trabajó con los mejores decoradores españoles y extranjeros. La lista de directores con los que compartió rodaje es descomunal: desde Rafael Gil, Luis Lucía o Fernando Fernán Gómez, hasta David Lean, Orson Welles o Nicholas Ray, pasando por Enzo Castellari, Luis García Berlanga, Juan Piquer, David Lynch, Fernando Trueba o Win Wenders.
Emilio Ruiz del Río era algo así como el hombre milagro, un arma secreta; ese profesional al que llamar cuando no te salen las cuentas del presupuesto o surge un problema con un decorado difícil de resolver. Emilio ahorró miles de pesetas, dólares, liras y francos a productores de todo el mundo. Y dolores de cabeza a directores que querían rodar en localizaciones complicadas, caras o, sencillamente, imposibles. Un cristal, una chapa recortada o una maqueta de madera y “voilà”, se hace la magia: al mirar por el visor de la cámara el director ve lo que había soñado.
Ante la pregunta de quién era Emilio Ruiz del Río, la respuesta de aquellos que le conocieron sería obvia: uno de los mejores maquetistas del mundo. Aunque para el publico general pueda sonar exagerado. Sí, un español, madrileño para más señas, un simple pintor, modesto y afable, con una carrera sorprendente, llegó a ser uno de los más respetados y admirados profesionales de su categoría en todo el mundo. En el cine español abundan, por desgracia, las figuras olvidadas. Pero Emilio Ruiz no está en esa lista, afortunadamente.
Este homenaje y exposición busca mantener vivo el recuerdo de su increíble aportación al cine mundial. La mayoría le descubrirá con asombro; los que le conocieron le recordarán con cariño, y quizá para otros mas jóvenes resulte una inspiración. Son los efectos habituales que produce alguien “extraordinario”, otra buena palabra para definir a Emilio Ruiz del Río.
Comisarios: Domingo Lizcano y Miguel Olid
Del 15 de noviembre al 10 de diciembre
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